martes, 16 de octubre de 2012

Romina

Romina era chiquitita y biscosita. Tenía unos largos rulos que tapaban gran parte de su cara y una nariz que amagaba con ser puntiaguda y se achataba sobre el final. Tenía unos ojos café llenos de vida y una sonrisa con gusto a felicidad.
Cuando la conocí fue todo eso lo primero que pude ver y al tiempo pude comprobarlo a todo. Nos conocimos en el parque, ella acababa de fumarse un faso y no tenía ganas de levantarse. Yo conocía a su amiga y me senté a su lado. Charlamos un rato, hablando solo más que juntos, ya que solamente me contestaba con monosílabos que decían menos de lo quería decir.
La volví a ver al otro día, ya sin los ojitos rojos, en el bondi que siempre me tome. La salude y me senté junto a ella. Descubrimos que siempre nos tomamos el mismo bondi y que nunca nos cruzamos o, en realidad, no sabíamos que nos estábamos cruzando. Ella no dejo de sonreír en todo el recorrido. Le sonrío al asiento, a una mariposa que entro de imprevisto, a una viejita que nos miraba de reojo y, sobre todo, a mi en cada momento en que hablamos. Ella me sonrío a mi y yo no pude dejar de mirarla.
La volví a cruzar un día después, yo salía de mi departamento y ella de la tienda de comida china de al lado. Nos saludamos con sorpresa y alegría. No pude evitar preguntarle que hacia ahí  Vivo enfrente, me contesto despreocupada. Tampoco pude evitar decirle que yo vivía arriba. Ella me sonrió y me prometió que después iba a pasar a saludarme pero en ese momento estaba apurada.
Esa noche no pude dormirme. Cuando vi que eran las 1 me levante y fui a la cocina. Al llegar me di cuenta que su departamento tendría que estar justo enfrente de la cocina. Casi como un niño, mire emocionado a esa ventanita que nunca había servido para mucho y que se me mostraba inalcanzable arriba de la heladera. Usando dos sillas, una escoba y la parte de arriba de la heladera llega hasta ella. Me asome y mis ojos fueron directamente al único departamento que todavía tenía luz. Ahí estaba ella haciendo algo así como yoga.
Tubo que pasar otro día mas hasta que la volví a ver, no nos cruzamos y yo tampoco me anime a volver a asomarme. Yo iba caminando tranquilo y ella apareció llamándome a los gritos media calle atrás  Me explico, jadeando, que me vio por su ventana y bajo corriendo a saludarme. Yo me reí y ella también  Subimos a su departamento, quedaba en un tercer piso y el ascensor no andaba desde hace mucho. Al entrar estaba la sala donde la vi hacer yoga. Había un sofá augereado, un televisor chiquito y un cuidado tocadiscos en un costado. El piso estaba lleno de vinilos viejos y nuevos. Ella apareció de la cocina con dos vasos y una cerveza, se tiro en el sofá y me ordeno que viniera. Me contó un  poco de todo, de que siempre quiso ser veterinaria pero nunca logro terminar la carrera, y que hace un par de años labura como fotógrafa para eventos. Siempre fue buena sacando fotos. Me contó de su papa y mama, de cuando se divorciaron y ella tubo que elegir con cual de los dos quedarse y que nunca supo si eligió bien. Me contó de un gatito que tubo un tiempo y un día se le escapo por la ventana, y siempre le quedo la duda de si no se lo comieron los chinos de al lado. Tomamos muchas cervezas y ella nunca paro de hablar. Yo no pude decir nada, sentía que todo lo que dijera no tendría importancia. Me termino diciendo que le parecía rarisimo que nunca nos hubiéramos cruzado viviendo tan cerca y haciendo cosas tan parecidas. Hablamos un rato mas hasta que me quede dormido. Cuando desperté descubrí que ya había pasado la noche ahí  ella no estaba mas en la casa y me había tapado un poco.
Dude un rato si revisarle las cosas o no, pero tampoco no me dejo mucho tiempo de duda porque termino llegando. Se fue a la cocina con unas bolsas y volvió con una bandeja llena de comida china. Me explicó, mientras comía. como me había dormido a eso de las once y que le daba tanta ternura que no se animo a despertarme. Yo me reí y me puse a comer un poco. Charlamos un poco más y ahora yo hable de mi. Le conté que me sentía perdido de la vida, que nunca había terminado de estudiar cine y que no podía terminar de escribir un cuento que me estaba volviendo loco. Le conté de mis viejos, de lo mucho que nos peleábamos y que nunca nos terminamos de arreglar. Ella me miró todo el tiempo atenta. Sonreía cuando tenia que sonreír y se intrigaba cuando se tenia que intrigar. Cuando terminamos de comer ella bajo las persianas, prendió un velador y empezó a fumar un porrito. Me explico que no podía hacerlo pensando que todo el barrio la podría ver y que tenía el miedo de tirarse por la ventana por pura locura. Lo fumamos entre los dos, riéndonos todo el tiempo y después me fui. Cuando llegue a mi casa no podía entender porque no la había besado.
A la noche nos juntamos con unos amigos en mi casa, fumamos un rato con unas quilmes y no pude evitar hablarles de ella. De lo mucho que me encantaba y de creía, que por fin había encontrado a la mina de mi vida. Le conté detalle por detalle de como nos fuimos viendo y uno de mis amigos, en joda, conecto las cosas y me hizo ver que nunca la había visto mas de una vez por día  Yo no le hice mucho caso y me reí. Seguimos hablando hasta que cambiamos de tema, Argentina le había ganado a Brasil un par de días atrás y nos pusimos a repetir jugada tras jugada.
Mas tarde, cuando ya estaba solo y me había prendido un porrito, volví a pensar sobre lo que me había dicho Marcos y no pude evitar darme cuenta de todo. Yo siempre había estado en busca de ella, de ese amor increíble que estaba destinado y que siempre me había evitado. Y ahora, que por fin lo había encontrado, el destino me castigaba y no me dejaba estar con ella mas de una vez por día. Se que había tratado muy mal a muchas chicas antes, siendo muy frió con ellas. Y por muy estúpido que suene, no había nada mas que sirviera como explicación a porque la veía una sola vez por día. Excitado  lo llame a Marcos y le explique todo esto. Marcos me puteo, me dijo que era un drogado de mierda y que me dejara de joder.
La semana siguiente me dispuse a descubrir si era verdad mi teoría. Iba a fijarme todos los días que pasaba y si llegaba a poder verla mas de una vez. El lunes la cruce en el supermercado, el martes nos tomamos el bondi juntos y el miércoles la vi a la salida del laburo, sentada leyendo en un banco, pero no la salude. El jueves pasamos la tarde juntos, me invito a tomar mates y me contó del nuevo proyecto que quería empezar:  estudiar fotografía en la universidad e intentar ser una fotógrafa de verdad. Me lo contaba muy entusiasmada, como si fuera algo que hace rato que quería arrancar y nunca se animaba. El viernes llovía muchísimo y yo la vi, por la ventana, parada en la vereda esperando a que el perro terminara de hacer sus necesidades. Baje corriendo con un paraguas y le dije que se pusiera abajo ella también  Me dijo que no y me pidió que lo guardara. Que levantara la cara contra la lluvia y la sintiera. Me explico, apurada, que a la noche hacían una fiesta re copada en un galpón de Palermo. Me dijo que tenia ganas que fuera y que me iba a esperar. Obviamente a la noche fui y, para mi decepción, nunca apareció. El sábado la fui a ver, para saber que le había pasado y me recibió apurada. Me explico que su madre estaba por llegar y tenia que ordenar todo. Me quede a ayudarla y termine conociendo a la madre. Le caí tan bien que me invito a almorzar al otro día, ella se moría de la vergüenza. El domingo fui para almorzar, la madre hizo lasagna y estaba riquísima.  Charlamos un rato y después me volví al departamento. Me pase toda la tarde pensando, ningún día de la semana la había visto mas de un vez. Hasta una vez intente vigilando la por la ventanita y nunca apareció. A la noche, a eso de las diez,  no aguante mas y decidí que tenia que hacer algo, tenia que confrontar mi destino.
Baje las escaleras corriendo decido a ir a tocarle timbre a que saliera. Me frene en la vereda y mire para arriba. Era ahora o nunca. No llegue a cruzar la calle que un auto casi me choca, me tuve que tirar a un costado rodando un poco. Me levante desorientado y se me vinieron tres perros encima. No entendia que pasaba así que me puse a dar vueltas en circulo para que me dejaran en paz. Cuando me los pude sacar de encima siento la voz de un chabon preguntándome la hora, me doy vuelta y veo un chico de gorrita acercándose rápido. Miro para su departamento, después para el mio y salgo corriendo. Subo a casa y me encierro. Ya no me quedaban mas dudas, el destino quería esto y nada mas que esto. Que viviera enamorado de ella y que solamente la pudiera ver una vez al día. Sufriendo así toda mi vida. Me tiro al piso, amago con largarme a llorar y siento que golpean la puerta. Abro y entra ella muriéndose de la risa.
Me cuenta , sin para de reírse, que vio todo por su ventana. Estaba fumando un cigarro y vio como me paraba en la vereda respirando agitado y la miraba. Como cruzaba sin mirar y casi me chocaban. Se imagino que estaba drogadisimo y se empezó a reír. Después me vio dar vueltas como un tonto por tres perritos e irme corriendo para el departamento. Quiso venir a ver si estaba bien pero no aguanto la risa apenas me vio. Yo escuche toda su explicación y mire la hora que eran. Eran las diez y media y la estaba viendo por segunda vez en un día. Me empece a reír con ella por un rato.
Cuando paramos no le dije nada y simplemente la bese.


jueves, 19 de abril de 2012

Flaca

La rubia era media hipona. Tenia unos ojos tranquilos y marrones que te decían todo. En su brillo uno podía ver esas tucas fumadas sin prisa en la cornisa de alguna colina. Vivía cantando rokanroles de amor que parecían escritos por Joaquín y tocados por
Era muy flaca y por eso todos le decían así. Hasta sus viejos, con todo el amor que le tenían, no le podía llamar de otra manera. Ella se reía y fingía no molestarle, cuando si lo hacía y mucho. No era flaca porque quería, era flaca porque había nacido así y no había podido crecer engordando. Ah, tambien era muy alta. Parecía que era una giganta y cuando estaba con sus amigos se tenía que agachar en cada foto para no salir cortada.
No era tierna, o lo era solamente con pocos. Tenía que ver con que sus viejos siempre la llenaron de amor de chiquita o algo así había dicho Freud. Igual mucho no importaba. Se enamoro un par de veces, asi de mentira. De esas que uno se enamora solamente porque todo el mundo espera que lo hagas. Amores repentinos, secundarios y con fecha de vencimiento. Ella en realidad no quería eso, quería un enamoramiento serio y estable. Una relacion de las de antes que arrancaban sin esa seguridad de que se tenían que terminar. Un día la encontro y no se quiso soltar nunca mas. Todabia sigue ahi agarrada fuerte, sin siquiera resbalar.
Yo cuando la conoci todabia andaba en esos enamoramientos express. Me falshio y nunca me anime a decirselo. Pasaron los años y ambos cambiamos. En el medio nos besamos y tocamos un poco. Fui un romance express y me deje serlo por miedo a ser menos. Sin darme cuenta otro llego y la enamoro en serio, dejandome pagando cuentas sin fondos. 
Siempre estubo delante mio  y yo, de cagón, nunca lo quise ver.


a manu, que me conto tanto de su amor imposible.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Chicos


Los cinco esperan en la puerta del boliche a que les dejen entrar. Pachu y Gero están impacientes. Keko, Iara y Martina, no. Atrás tienen otras treinta personas y adentro parece que va a explotar. El patovica los mira fijo y ellos le contestan igual. Ninguno trajo documento y si hubieran traído no les dejarían pasar. El patovica les hace un seña dejándolos pasar y entran. Adentro no se ve nada.
Keko se dirige a la barra llevándosela a Iara de la mano. Le pide que le pida un vodka, a ella le van a dar más bola. Martina sube las escaleras y va al sector fumadores. Pachu se cruza a unos amigos y Gero camina desorientado entre la gente.
Iara agarra el vaso y se cuelga charlando con el barman. Se le hace la linda pero el barman no quiere nada. Es gay. Cuando se da vuelta no encuentra a ninguno de los chicos. Mira para todos lados y se resigna. Toma el vaso en dos tragos y pega un grito.
Keko charla con una chica de ojos celestes cuando siente a Iara gritar. Al principio no la reconoce pero después cae y va a buscarla. La encuentra tomándose el segundo vaso y la saca a bailar. El saca una botellita de su campera, se lo pone en las mangas y lo chupa. Después Iara hace lo mismo. Bailan moviéndose sin sentidos, agitando los brazos de arriba abajo. De a rato siguen la música y de a ratos ni la alcanzan a escuchar. No bailan juntos aunque estén casi pegados y se vivan chocando. Cada uno baila en un mundo distinto un baile diferente.
Pachu se despierta de repente y no sabe donde esta. Siente la música sonando fuerte pero alejada al mismo tiempo. Después siente risas a su alrededor y recién ahí comienza a ver. Fabio y Cristina son los que ríen sin parar. Enfrente suyo Cecilia se levanta también. Los otros se arremangan las remeras y atan los brazos. Apuntándolo con la aguja le preguntan si quiere un poco más. Pachu dice que no, esta cansado.
Martina fuma un porro a medias con otra chica. Hablan poco y escuchan menos por la música. Se conocen de algún lado pero no están del todo seguras. Martina cree que de fotografía y la otra de Pilates. Igual ambas piensan que son hermosas. Se terminan el porro y no tienen otro. Se miran un rato sin saber que hacer hasta que la chica le saca su gorrito negro. Su rubio platinado teñido queda libre cayendo sobre su cara. Ambas comienzan a reírse por eso y Martina le saca el gorro. Se lo pone y después le da un beso.
Gero baila solo sin saber que lo esta. No recuerda con quien vino y no tiene idea de cuando se ira. Retuerce todo su cuerpo de una forma casi violenta al compás de una música híper frenética. Salta cuando nadie lo hace y se queda quieto cuando todos saltan. Escucha las canciones en español pero las canta traducidas al ingles. No recuerda tampoco que fue lo que tomo, pero seguro que fue fuerte.
Keko se cansa y le pide a Iara que vayan a sentarse. Van a una de las escaleras y se sientan uno al lado del otro. Tienen que hacerlo bien juntos por toda la gente que pasa. Hablan un rato sobre nada. Keko le cuenta de la moto que se quiere comprar e Iara sobre el nuevo violín que su papa le compro. Después se quedan un rato en silencio y ella le toma la mano.
Pachu sale del baño todavía mareado y camina por el pasillo. Vomita un poco en un rincón y, casi sin poder ver, la ve a Martina revolcándose con otra chica. Le da mucha risa y se ríe. Luego se acerca a ellas y las toca suavemente. Como no le dicen nada, sigue y comienza a besarlas.
Gero esta mudo, echo una piedra en medio de la pista. Ve un gorila bailando enfrente suyo y no sabe que creer. Se acerca despacio hasta ponerse a su lado. El gorila deja de bailar y se le queda mirando. Gero tiene miedo, no sabe que le hará. El gorila alza los brazos y Gero cierra los ojos. Después siente sus manos apoyadas suavemente en su espalda. Gero apoya su cabeza en su hombro y lo abraza también.
Keko e Iara salen del boliche solos. Caminan derecho hacia el río agarrados de la mano. Falta poco para que amanezca pero las estrellas todavía están claras. Llegan al parque, van al playón de cemento y se recuestan. Iara le dice que lo ama. Keko tarda un poco en contestar. Dice que no sabe, que esta confundido. Iara comienza a llorar y el se queda en silencio, sin soltarle la mano todavía. De repente ella se calla también cuando ven una luz en el cielo. Parece una estrella que se mueve, dirigiéndose a ellos. Iara cree que no es nada pero Keko esta seguro que es una nave espacial. La luz se acerca cada vez mas hasta tomar una forma corpórea y creíble. Keko la ve y cree que va a morir, a desaparecer. Suelta a Iara y alza sus manos al cielo, como queriendo evitar lo inevitable. La luz se hace inaguantable y el cierra los ojos. Siente la luz intentando chupárselo y los aprieta un poco más.
Al rato los abre y mira a su costado. Iara no esta mas.


viernes, 13 de enero de 2012

Huir


Cristian maneja nervioso por la autopista, mantiene las dos manos apretadas sobre el volante y mira a Romi cada un minuto. La ve temblar, sufriendo por cada segundo y acelera un poco más. Romi esta acurrucada en el asiento, con su cabeza a punto de estallar y temblando hasta los dientes. Su puño cerrado esconde las pastillas que su madre le dio esa mañana y que nunca tomo. Pastillas que le dieron los médicos para mantenerla tranquila, para que no vuelva a suceder otro incidente. Pero ella esta cansada de que todos la controlen, su madre y los médicos. De que siempre intenten enderezarla para que tenga una vida normal. Y ella lo ama a Cristian, por eso quiere huir con el. Por eso se subieron al coche y no fueron a la escuela, tomaron la autopista directo hasta Capital. Donde siempre soñaron vivir juntos una nueva vida, y ahora iban hacia ella. El dejando atrás su padre golpeador y el trabajo. Ella su madre y las pastillas. Llevando solamente algo de dinero, unas mudas de ropas y a ellos mismos.
Cristian aminora la marcha, se esta quedando sin gasolina. Dobla y entra en la primera estación que se cruza. Baja apurado, conecta el cargador y corre hacia la estación. Compra una botella de levité, un par de chicles y sus masitas preferidas. Cuando regresa al coche la encuentra vomitando a un costado, llorando desconsolada. Ella sabe que es lo que le pasa, son los primeros síntomas. Algunas veces los experimento, intentando poder controlarlos, para evitar las pastillas. Los temblores van a crecer y el vomito se va a duplicar. Ella lo sabe.
Cristian se asusta. Se agacha junto a ella y la abraza. Lo hace y tiembla junto a ella. Siente que tiemblan tanto que hasta el piso comienza a hacerlo. Siente que ellos y la tierra son uno con un terremoto que sucede ahí y en ningún lado más. Se miran a los ojos y hacen fuerza para pararlo y poder seguir. Fuerza para poder estar juntos un poco más. De a poco va calmándose y se quedan mirándose por unos segundos hasta que se van. En el piso quedan las pastillas apiladas.
Siguen el viaje en el auto. Ella sigue acurrucada y el acelera cada vez un poco mas. Los carteles pasan adelante suyo anunciándoles que están cada vez mas cerca. El le toma la mano y maneja con una sola. Ella se mueve y se acomoda para mirarlo. En su mente le resuenan las palabras que tantas veces le dijo su madre, cada vez que le escupía que él no la amaría si conociera su verdadero yo. Si supiera lo que de verdad puede causar. Y ella duda por momentos si no tendrá razón y no hay un verdadero amor. Pero cada vez que lo ve sabe que la tiene. Junta fuerzas y le sonríe. El se la contesta besándose dos dedos y apoyándoselos en los labios.
Entran a Capital y el sol les pega en la cara. La luz se hace cada vez más inaguantable, segándolos de todos lados. Cristian tarda unos segundos en darse cuenta que el sol no es la única luz que ve, ella también esta haciendo. Frena en seco y la mira. Flashes de luz salen por sus ojos y boca. Ella al principio no se da cuenta y cuando lo hace se desespera. Le pide que se vaya pero el se niega. Le dice que si la ama se tiene que ir. Sale del auto y  se para encima del capo mientras el corre prometiendo que traerá ayuda.
Mira de reojo y ve como comienza a flotar, irradiando cada vez más luz. Se frena y decide que no la va a dejar. Corre a través de la gente horrizada con lo que ve. Toma carrera, salta desde el capo y se agarra de sus pies. Trepa por su cuerpo y comienza a besarla en todos lados. Su boca, frente, cachetes, cuello. Ella sigue aumentando su luz hasta que se convierte en un flash concentrado en el cual ya no se logra reconocer a ninguno de los dos.
Después media ciudad desaparece.

martes, 3 de enero de 2012

Ruperto y Delfina- with betty

uperto abrio mi pecho y toco mi corazon
al mismo tiempo no toco nada porque nada existe
y eso no estaba bueno
no, no estaba bueno, estaba soñando en un delirio infinitio
ruperto no existia, su mano tampoco
delfina iwal lo amaba, siempre lo amo
desde esa dia se desnudaba constantemente
sacaba la teta al aire
y esperaba qe ruperto vieniera a arrancarle el corazon
esperando , de a ratitos una suave brisa por su vagina
un canto que se miraba de lejos
y se escuchaba en lo profundo
[arre]
un chiflidito agotador
y placentero
qe le levantaba todos los pelos
y le hacia sentir nueva la cachucha
{jajajajajaj}
ruperto la miraba y temblaba
ni siquiera sabia como agarrar su cintura
pero la queria, y delfina se moria pero lo queria
el qeria hacerla suya
acariciarla y bailarlo pegadito a los huesos
ella tambien lo qeria
pero eran medio miedosos
y no hacian nada
los dias/minutos/segundos pasaban y se amaban sin amar se querian tocando sin existir se miraban sin los ojos y se escuchaban con las manos
delfina gritaba y ruperto gritaba mas alto
se sentian los gritos de la casa de enfrente
y asustados los vecino dudaban en llamar a la policia
y si llegaba a venir
la encontraria a ella desnudad
y a el no
porqe no existia
el humo inundaba la habitacion, pronto todas las habitaciones
el miedo lo inundaba todo aun mas
sirenas a lo lejos
se escuchaban
todavia nadie habia nacido
solo se escuchaba la nada
y despues todo fue nada
y se escucho el todo
y todos se marearon
delfina grito ruperto
y ruperto grito delfina
por fin existian los dos
ahora podian finalmente comenzar a mirarse en las mañanas
a sentir esas carisias con tanta delicia
a sonreir y a escuchar las risas
a tocarse tocandose
y tubiueron un hijo
porqe todos lo tienen
y le pusieron ismael
porqe nadie se llamaba asi
se sacaban fotos desnudos porque nadie los veia, pero se las mopstraban a todo el mundo
pero ahora que ellos existian
ya nadie lo hacia
estaban solos y juntos {foreveralone:p}

http://www.lagalletaasesina.blogspot.com/ 

domingo, 1 de enero de 2012

The Boy with the blue eyes o Los Adolescentes

El chico de ojos celestes y cara pálida mira su juguete preferido. Ese que tantas tardes de placer le dio cuando era chico. Lo mira y no siente nada. Tendría que sentir algo de nostalgia o tristeza, la desazon de ese recuerdo latente que no quiere dejar de latir. Se pregunta si ese chico no existe más dentro suyo, si murio en algun momento sin que se diera cuenta. Lo mira una ultima ves y despues lo vuelve a dejar tirado.
Las Convers le apretan y le hacen doler los pies, no tiene otro par asi que las usa igual. Camina dos cuadras y pega la vuelta. Busca su bici y pedalea hasta el parque. El viento le pega en la cara, le hace los ojos llorozos. Cuando llega, ve a sus amigos tirados sobre el prado y se tira junto a ellos. No hablan de nada pero no pueden parar de hacerlo. El no tiene ganas de hablar asi que no dice nada. Marcos saca un cigarro y le ofrece pero el le niega. Hace una semana que no fuma y piensa seguir haciendolo. Marcos le pregunta por Sofía, le vuelve a negar. Hace una semana que no sabe nada de ella tampoco.
Se quedan un rato más ahi hasta que oscurece y vuelve para su casa. Llega con todos los ojos rojos y madre piensa que se estubo drogando. Lo amenaza con contarle a su padre y mandarlo a vivir con el. El no le dice nada y se encierra en su pieza. Se pone los auriculares y duerme un rato.
Se despierta a las horas y se fija que hora es. Tiene ganas de salir a bailar. Pablo lo llama y le dice para salir, arreglan para encontrarse en una hora. Se cambia y sale a dar unas vueltas. Camina unos minutos y lo ve a Marcos hablando con un chabón . Marcos le da algo de plata, el chabón le pasa algo mirando para otro lado y se va. El le hace una seña y Marcos va apurado a su encuentro. Se dan cuenta que salen al mismo lugar y se ponen contentos.
Se cruzan a Pablo en la cola a la una de la mañana y los tres están sobrios. Entran y todo es humo, no hay sector no fumadores. El respira y tiembla un poco. La musica esta fuerte, van a la barra. Esta por pedir algo pero Marcos lo interrumpe señalandole hacia allá. Primero no ve nada, solo a un trava bailando apretado con dos negros. Despues la ve a Sofía y se va de la barra. Se quiere ir del boliche pero Marcos lo para y la lleva con ella. Esta a punto de arrancarle la cara con las manos pero se contiene, sigue siendo su amigo. Sofía lo mira como si nada, como si ayer se hubieran visto. No hablan nada, ni se hacen señas. Cuando un chabon de rastas y aliento a marihuana se acerca, la abraza por la cintura y le besa el cuello, ya está todo. Cierra los ojos y corre al baño. Abre la puerta y, sin importarle que pudiera haber alguien dentro, vomita. Cuando termina siente que tiene a Marcos atras, le palmea la espalda. Se agacha a su lado y saca un cartoncito del bolsillo. Lo parte en dos y le pone un pedazo abajo de su lengua. Chupá, es todo lo que le dice esa noche.
Lo siguiente es nubloso y acelerado. Esta y no esta al mismo tiempo. Las conversaciones le pasan volando a su alrededor y no esta seguro de participar en alguna. No se ve las manos, tiene los guantes blancos de Mickey en vez de ellas. Baila mucho, se transpira todo. Baila sin importarle que Sofia esta bailando con el chabon de rastas al lado. Sofia ya no le importa mas. Baila hasta que lo echan del boliche y comienza a caminar hasta su casa. En el medio se saca las convers y las revolea al carajo, no las aguantaba mas.
Llega a su casa y madre lo espera. Se gritan cosas, ella le revolea otras y el la empuja. Ella lo mira sorprendida y se larga a llorar. El se vuelve a encerrar en la pieza.
La tele esta desconectada pero igual emite escenas que no quiere ver. En una aparece Sofía desnuda, vestida solamente con ese collar que le regalo y riendose. La pantalla se llena de fuego, duda en llamar a los bomberos, y aparece el chabon de rastas. Se pone a bailar un ritmo chamanico digno de una danza de la lluvia. Baila sacandole la lengua, esa que le mete a Sofía. Despues se vuelve todo negro por unos segundos y aparece su juguete preferido. Aparece él tambien, jugando, y no puede evitar acercarse al tele a acariciarlo. Llora un poco y despues se desparrama por el piso buscandolo. Cuando lo encuentra lo abraza y le promete que nunca va a abandonarlo.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cigarro

Esperar a que todos se duerman. Mirar cabizbajo por el espejo que apunta hacia abajo y ver que no quedan luces. Escurrirse por la puerta de afuera y prender uno. Dejarlo levitar dentro de uno, dejarlo sentir. El humo que quema la garganta y la hace carraspear. Ese punto rojo que alumbra la noche estrellada. Verlo fundirse, consumirse de a poco. La caida de cenizas que tiñen el piso de gris. Imaginarse que nieven ellas y que todo sea tan feo. Imaginarse un eternauta.
Escaparse del aula sin que el profesor vea. Ir hacia el fondo, entre las dos columnas que nadie ver, prender otro. Sentirlo quemarse dentro y afuera. Sentirlo consumirte. Saber que no te hace nada, que no te lleva a ningun lado . No te da nada y te quita mucho. Pero no poder dejarlo igual.
Cualquier lado, cualquier momento. La necesidad de sentir uno en los labios, de consumirlo. Dudar todo el tiempo quien es el que es consumido. Si el o vos.
Sentirse débil, cansino. Saber que sos menos, que el te puede y que no lo podes dejar. Ser su perra.
Amagar con dejarlo. Durar una semana y querer matar a alguien.
Los ojos rojos.
El aliento feo.
Las remeres apestosas.
Empezar a ser mas callado, a tener que tener uno para hablar. A ser inferior, a sentirte relegado
Que pase una semana y que cuando lo veas, te sientas mas feliz que nunca. Que una sonrisa surga de cachete a cachete. Sentir que nunca lo tenes que abandonar.
La gente que te pide que parar y hacerlo con mas violencia. Saber lo que es un vicio y viciarte.
Ocultarlo
Llegar con la boca cerrada a la casa y no hablarle a nadie. Lavarse las manos y tragar pasta dental.
Sentirte mal por tus viejos, que te creen otro y vos no le decis quien sos. Dramatizarte de a ratos que nunca lo vas a dejar. Fantasear que lo vas a poder y saber que no. Llorar.
Mierda, meterte mierda en la boca. La garganta. Los pulmones y echarla por la nariz
Fumar.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Jueves por la noche en Rosario

En una ciudad de cerca de dos millones de habitantes una quinta parte de ellos tienen una luz prendida un jueves a la madrugada. Lo digo porque lo veo.
Veo el gordo nudista que le gusta andar en bolas bailando regeton. Comiendo pizzas como si fueran masitas, engrasandose hasta los pies.
Veo el viejo arrugado y amargado que no aguanta dormir junto a su mujer y se levanta a mirar television solo. Lo veo hacer zappings interminables y de a ratos parando, con verguenza, en algun que otra porno.
Veo al adolescente vicioso que no puede soltar su computadora. Jugando compulsivamente ese juego que no debe dejar de matar. Con su cara llena de granos y su aliento a papitas Lays.
Veo a ese drogi que cree que es viernes y piensa a donde va a salir. Escuchando musica al palo, masacando goma de mascar sabor manzana. Parpadeando a la par del movimiento de su mandibula.
Veo a esos que estan cogiendo. No se si son dos hombres, dos mujeres o uno de cada clase. Los veo subir y bajar. Ir un rato hacia los costados y saltar un poco.
Veo a una narigona que llora porque no se puede operar. Le caen mocos gigantescos y se atraganta con ellos.
Veo a esa chica con la guitarra en la mano que no puede dejar de fumar. Quiere componer una cancion sobre su mayor desamor y no le salen las palabras. Fuma uno tras otro sin percatarse de respirar. Veo que me mira de a ratos y, aún sabiendo que yo la estoy mirando, no se va.
Veo otras cosas. Mas comunes y mas raras. Me veo a mi en la mayoria de ellas, a veces te veo a vos.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Levitar


Félix se desata y flota desde su cama al ropero. Saca su saco color crema y se viste. Flota hacia al baño y se mira al espejo. Se fija si esta bien, presentable. Revuelve su pelo revoltoso y acaricia su barbita. Se sonríe y flota hacia la calle. Va a buscar a su novia al parque. Flota entre la gente rozándola compulsivamente. Va con las manos en los bolsillos, lentamente, con los pies a medio metro del piso. Levanta la vista y ve otros flotando infinitamente mas arriba, esos despegaron desde un lugar mas alto para hacerlo.
Aterriza bajo un árbol en el cual esta ella acostada leyendo un libro. La besa y se recuesta encima de sus piernas. Hablan sobre cosas, lo hermoso que es el día. Ella le cuenta que ya casi consigue todo el dinero que necesita para comprar la nueva cámara. Es fotógrafa, y esa cámara es lo mejor que le puede pasar. Le explica todos los agregados técnicos y todas las cosas nuevas que podrá hacer con ella. El le asiente sin entender nada, pero entendiendo que la ama. Y ella lo sabe pero le encanta contárselo igual. Se callan por un rato sin hacer nada, simplemente recostados. Hasta que ella se levanta de repente, le vinieron ganas de fotografiar. Específicamente a el. Y el lo sabe, conoce sus movimientos cuando le entran las ganas. Saca la cámara y, con su carita imposible contradecir, le pide que se levante.
La primer foto sale el flotando apenas encima de una roca juguetona que hay cerca. Con una sonrisa tierna y los ojos bien abiertos. Con las manos en el bolsillos y las puntas de los pies apuntando hacia arriba. Una pájaro vuelva a su izquierda, unos metros detrás suyo, y parece que va chocarlo.
En la segundo esta sentado encima de la copa del árbol, que acaba de trepar. Mira hacia abajo, apuntando hacia ella. Tiene sus dos manos apoyadas en las hojas que amagan con quebrarse y sonríe embobado esperando a que se la saque.
A la tercera se la saca sin avisarle. Sale planeando hacia el piso, bajándose del árbol. Su ropa se eleva hacia arriba contrariada por el aire y sus ojos cerrados por lo mismo.
Parece salido de una película de acción de artes marciales.
En la cuarta el esta recostado boca abajo casi rozando el piso. Un perro esta sentado encima de su espalda y ella se ríe mientras la saca. Sale mal y tiene que sacar otra.
A la sexta la saca el y sale ella. Intenta taparse la cara pero el no la deja y sale mirando la cámara. Su sonrisa se le escapa, le entrega todo. Le sonríe a el, no a la cámara, y se nota demasiado en el brillo de sus ojos.
Después le da un beso y guarda la cámara.
Se acuestan por un rato más hasta que se aburren y deciden dar una vuelta. Flotan por el centro mirando las vidrieras que los miran esperando que entren pero no entran en ninguna. Ven ropas copadas, ropas feas y ropas aburridas. Ven a un perro mearle la pierna a una vieja demasiado arreglada y les da risa. Ven un africano cantando una canción reggae con su guitarra y le tiran una moneda. Ven todo eso y más, por eso se cansan y le entra el hambre. Van al primer MacDonalds que se cruzan y se piden el combo mas barato que encuentran. Ella se come una hamburguesa minúscula acompañada por diez papitas y un vasito de gaseosa Light. El se come el doble de eso.
Cuando salen ya es de noche y con el viento hace fresco. Apurados, flotan a la casa de ella. Levitan escaleras arriba empujándose, casi chocándose la puerta al entrar. Adentro ella le pregunta si tiene hambre abriendo la heladera, pero el le dice que no y se la cierra con un beso. La acaricia suavemente y la lleva a la cama.
Se sientan besándose y, sin darse cuenta, comienzan a desvestirse. Ella queda en bombacha y el solamente con sus medias. Se meten debajo de las sabanas, quedando totalmente a oscuras. Félix igual sabe exactamente donde esta ella. Donde esta su mejilla, su boca o sus tetas. Comienza a besarla en cada una de esas partes. Ella de repente da un gritito y se ríe, sus pies se cruzaron con sus medias y le produjeron un escalofrío. Igual al toque se acostumbra a ellas.
De a poco, y sin notarlo, comienzan a levitar. Primero es mínimo, como si estuvieran dando pequeños saltitos y regresaran en seguida a la cama. Pero después empiezan a aumentar hasta quedar totalmente suspendidos en el aire. Suben tanto que las sabanas se caen por sus costados y regresan a la cama. Quedan ellos dos abrazados besándose por todo el cuerpo. Félix se choca la cabeza contra el techo y ella se le ríe. Se dan cuenta que están flotando y deciden cambiar de posición. El le pasa la lengua por toda su panza bajando hasta su cintura. Se encuentra con su bombacha roja y se la corta con los dientes. Esta cae instantáneamente en un abrir y cerrar de ojos, recostándose sobre la almohada. El sigue, como si nada, y le comienza a besar la concha. Ella se retuerce toda gimiendo cada un segundo, pidiéndole que nunca se detenga. Después hacen el amor por largos ratos. Cuando acaban comienzan a caer abrazados lentamente. Se mecen como las hojas que caen de los árboles en otoño. Se mecen lentamente hasta que acaban en su cama. No se sueltan nunca y se disponen a dormir. Pero primero el ata a ambos a los respaldares de la cama con dos sogas distintas -Chocarse contra el techo al hacer el amor es divertido pero hacerlo mientras uno intenta dormir no.-  Luego se duermen.
El se despierta al rato y, por más que intenta, no puede volverse a dormir. Prende un cigarro y comienza a jugar con el pelo de ella. La acaricia un poco y se aburre, entonces se desata y va al baño. Se lava la cara mirándose al espejo un rato. Ve su barbita y decide que mañana se va a afeitar. 
Cuando regresa a la pieza, la encuentra igual de dormida. No la quiere despertar y tampoco se quiere volver a acostar. Se viste y agarra su saco. Abre la ventana y, sin mirar atrás, salta.



A Betty qe me encontro esta hermosa escena.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Chico Raro

El flequillo le cubre toda la frente y parte del comienzo de sus ojos. Vive tocandoselo. Le molesta cuando lee, mira tele y duerme. Siempre cuando se lo acomoda roza su nariz al pasar la mano. Esto lo hace estornudar. Otra cosa que vive haciendo es manosearse la oreja. Lo hace constantemente cuando esta nervioso o aburrido.
Escribe mucho y no muestra nada. Escribe sobre chicas que conocio y no deseo nunca dejar de concer. Escribe porque puede y no sabe hacer otra cosa. Nunca se cansa.
Tiene 15 años pero aparenta de 13. No de cabeza, de  cuerpo. Habla como un adulto. Exponiendo sus sentimientos como si fuera invulnerable pero no lo es para nada. Asusta a las personas normales de su edad y solo se puede juntar con frikis e inmaduros. Igual en su puta vida quisiera ser amigo del rubio de ojos celestes y sonrisa perfecta.
Tubo granos, muchos. Tenia la cara mas grasosa que se podia tocar. Intento con todos los remedios posibles que existian pero ninguno le dio resultado. Los tubo por años, de los 12 a los 15, y un dia dejaron de salirle. Ahora no tiene ninguno.
Escucha canciones de amor cantadas en ingles. Escucha canciones sobre corazones rotos y botellas vacias. Cantadas por jovenes con voces melancolicas. Viste siempre un saco color crema que le regalo su madre una vez. Lo viste como si fuera un  cantante de musica independiente que se enorgullece de serlo. Su saco es su caparazon, su escudo frente a la sociedad.
El, con su flequillo, se enamora de la chica mas hermosa que podria existir.
Ella es violenta y abusadora. Adora molestar a las gordas. Su familia parece un chiste barato sobre la muerte. Es independiente, no necesita a nadie a su alrededor. Le encanta prender fuego las cosas y quedarse mirandolas consumirse.
El le ofrece su corazon y ella lo acepta. Le conto el chiste barato y el no huye. Se abrazan bajo una catarata de fuegos artificiales, abriendose paso en el cielo. Hacen el amor sin desnudarse en una cama sin sabanas. Andan en moto entre los arboles del parque. Fuman demasiado porro.
Todo eso en una semana. 
Despues se separan y no se vuelven a hablar. El siguio tocando su flequillo.

martes, 8 de noviembre de 2011

Let me forgett


La maquina se enciende y amenaza con explotar. El doctor grita fuerte y pide que pare. Él no se inmuta y sigue. Quiero olvidar todo, exclama apretando los ojos. Quiero olvidar su olor. A marihuana y perfume barato. Olvidar su risa, que siempre terminaba tan deprisa. Olvidar el ruido que hacia a las mañanas al despertar y que ahora ya no puedo escuchar. Quiero olvidar su baile, frenetico e ilogico. Olvidar sus murmullos ahogados por los gritos de dolor. Olvidar nuestras peleas y regresos. Olvidar los bondis que me tome para ir a verla. Olvidar lo que pense mientras me los tomaba. Olvidar sus sabanas, manchadas con nuestra transpiracion. Las fotos que me saco sin saber que lo hacia. Las fotos que nunca vi.  Las canciones que bailamos juntos agarrados de la mano.
El doctor lo escucha y no para la maquina. Deja que olvide.

Morir a tu lado es una forma tan hermosa de morir

La boca que me habla y no se calla. La cancion que no para de sonar.
Vos que te reis y me sonreís. Tan divina.
Me cantas una cancion de los Smith, alargandola hasta el hartazgo. Igual no me cansa.
Me la cantas y jugas con tus ojos. Los haces ir y venir como pelotitas de ping pong.
Yo te intento contar una historia, algo que me paso. Vos no me dejas, me cantas mas fuerte y reis.
Un bondi de dos pisos choca a nuestras espaldas. El ruido nos estremece  pero no nos para. No giramos a ver que pasa.
Me cantas suavemente tocandome la pierna y no quiero que pares. Tu cuello descubierto no se queda quieto.
Las nubes quietas, no se alejan de nosotros. Se quedan arriba duras mirandonos.
Quiero que salgas conmigo esta noche. Entre los jovenes descontrolados.
Quiero que me veas como soy, tal cual vos. No lo quiero con nadie mas.
Me cantas que no podes, que te tenes que ir. Dejarme
Yo te pido. Por favor. Por favor. No lo hagas.
Dejame conseguirte esta vez. Solo por esta vez
Me miras a los ojos, entonando las ultimas letras y me decis que no.
Me cantas que hay una luz que nunca se va y yo te creo
No la pienso buscar, pero se que existe. Te creo.  


Sueños

Me mire en el espejo y no me vi. Me asusté. Sentí que habia desaparecido, que no dejaba nada detras. Grite para ver si alguien me escuchaba y nadie se asomo. Sali del baño y me senté en la calle. Espere a que alguien me pisara pero nadie lo hizo. Me asuste más. Corri frente a los autos chocando contra sus luces sin que nada me arañara. Salte de los edificios agitando los brazos sin sentir dolor en la caida. Me mordí la legua y no lloré. Tampoco lo hice cuando hice fuerzas para hacerlo. Busque un lugar y me acoste. Vestia las mismas ropas que se despedazaban un poco mas con las horas. Me acosté y gente me tiro monedas. Me las tiro sin mirarme, sin sentir mi existencia. Yo me aferre a ellas como lo unico real que me quedaba. EEl unico ancla a la vida. Me llene de monedas y despues no supe que hacer. Las apile encima mio hasta no ver mas luz, sumiendome en la oscuridad. Me ahogue con ellas y mori. Desperté.
Cuando abri los ojos me di cuenta de que seguía muerto.

Un poema


EL SOL BRILLANTE

TU VOZ
Y EL RIO

UN DESPERTAR DESAFORADO

LAS RISAS, LA LLUVIA
CAEN SOBRE MÍ

ABRAZADOS BAJO LAS SABANAS

TE TOCO SUAVEMENTE
Y VOS ME BESAS

UNA BOTELLA DE VODKA

QUE TOMAMOS
Y NO RECORDAMOS HACER

EL VIENTO

QUE ME PEGA EN LA CARA
Y ME DUERMO

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Little Affair

La chica baila revoltosa de un lado para otro. El la mira admirado, deseando bailar como ella. La chica lo mira y el corre sus ojos, le da verguenza. Ella se le acerca, fingiendo que es la musica quien la lleva. El se queda duro, inmobil. Todos bailan menos él. Ella le baila pegadita, rozandole todo su cuerpo. El esta muy drogado y no lo siente todo. Ella le toma una mano y pone algo sobre ella. Luego se lo aspira y lo vuelve a llenar. Se le acerca a su boca y el aspira. Despues, sin soltarse las manos, comienza a bailar.
Bailan demasiados juntos, viven chocandose. El parece descolocado, desencajado. Ella lo mira e intenta segirle el ritmo. Nunca lo deja de mirar. En un momento el deja de escuchar la musica, sola la puede sentir a ella. La siente tener sus ojos cerrados y acercarle sus labios. El la siente y la para.
Tengo novia, le replica. No importa, le retruca ella con los ojos. Se besan igual.
Ella le muerde el labio y el vuelve a escuchar. La mira asustado y se va.
El sale corriendo a la calle y se toma el primer bondi que pasa. Se acuesta y duerme rato.
Ella baila un rato mas sola, pero se siente muy sola. Agarra a una amiga y va a su casa. En el camino vomita dos veces y se cae una. Sube al mismo bondi que él y se siente adelante. Cuando se ven, no se reconocen y bajan cada uno en direcciones contrarias.

lunes, 31 de octubre de 2011

Bosque

Siento un buho ululando a mis espaldas. Giro bruscamente y apunto con la escopeta, no encuentro nada. Estoy nervioso, casi paranoico, nunca habia estado tan adentro a estas horas. Doy pasos miedosos, que dudan si avanzar o quedarse. Llevo el arma apuntando hacia adelante, preparada para accionar en cualquier instante. Agudizo mi vista y los busco, hace rato que nos separamos. La oscuridad me ciega la vision y la luz de la luna alumbra poco.
Lo siento otra vez, esta a mi derecha. Alumbro con la linterna y vacio otra vez. La apago al instante, me aterra tenerla prendida. Paranoiqueo que me vera alguna extraña criatura y se sentira atraida hacia ella. Imagino lo que me haria si me encuentra, me despedazaria sin dudar y devoraria mis restos. Me tiembla las manos, me tiembla la escopeta.
Siento otro ruido, encima mio y algo cae en mi cabeza. Me tiro al piso, disparo a los gritos y el sonido retumba por todo el lugar. Veo una rama caida y me siento un estupido, despues me siento consumido por el miedo, ese disparo se escucho en todos lados. Me levanto y prendo la linterna. La apago al segundo, vi algo.
Camino hacia al costado, me aterra seguir por el camino. Siento mas buhos, y aumentan en mi alejada. Me tiembla todo el cuerpo, la escopeta y la linterna. Me siento mas perdido que nunca, mas lejos de ellos. Me siento sin chances, sin posibilidades de vivir.
Un buho ululula y el otro le contesta. Uno a mi izquiera y otro a mi derecha. Me siento rodeados por ellos, sin escapatoria. Siento que conversan sobre mi, que planean sobre mi. Las piernas me tiemblan pero mi cabeza solo puede pensar en algo. Correr.
Corro despues de sentir algo acercarse. Corro hacia adelante, despues hacia al costado. Despues no entiendo y no se hacia adonde corro. Piedras. Me tropiezo con ellas y caigo de boca. Pierdo la linterna pero me quedo con la escopeta. Abro los ojos y lo veo. Dandome la espalda bajo la luz de la luna. Lo veo y el terror me sube a todo el cuerpo. Ahora no tiemblo, vibro. Me quedo sin aire y me mareo de horror. Veo un hombre buho.
Delante esta el buho que me siguio. Pero no era un buho. Era una persona. Tampoco era una. Era un buho y una persona. O una persona disfrazada de buho. Pero de verdad. Era el cuerpo de un buho gigantesco y las piernas vestidas con un jean de una persona.
Siente mi vibrar y se da cuenta que estoy ahi. No se da vuelta. Gira la cabeza lentamente dando vuelta todo su cuello y me mira. Con esos ojos de buho y yo me muero. Me quiero levantar pero no puedo, estoy petrificado. El da vuelta el resto de su cuerpo y abre sus alas. Gira la cabeza para un costado y luego hacia el otro. Abre el pico y pronuncia un sonido que no escucho. Ulula. Mueve sus alas y corre habia mi. Corre con esos jeans ajustados.
Agarro la escopeta y disparo, sale despedido hacia atras. Me levanto como revivido por el disparo y me acerco. No se mueve. Respiro aliviado. Esta tirado de espaldas y no entiendo porque.
Vuelve a moverse, su cabeza solamente. Girando otra vez sin girar su cuerpo. Me mira y parece sonreir. No dudo descargo todo sobre ella. Cuando acaban lo golpeo con el arma hasta que esta se rompe.
Esta muerto. Lo pateo y lloro. Despues lo entierro y me voy.

Mutar





El blog muta, cambia. Evoluciona y se despega de lo que fue antes. Toma el impulso e intenta dar el salto a otra dimension. Se ramifica y sin pedir permiso, porque hace dos posteos que lo hace, abandona todo lo que profeso antes. Deja de persegir un cuento perfecto, una historia bien contada. Para eso hay otros lugares. Da paso y lugar a pensamientos, ideas, situaciones, recuerdos, fantasias, dialogos o cortos. No van a existir mas cuentos solo narraciones.
Y si no te gusta no lo leas.

jueves, 13 de octubre de 2011

Pequeña y bizarra fantasia erotica

Geronimo abre la puerta con delicadeza, temiendo por lo que puede encontrar dentro. La ve a ella acostada sobre su cama dormida esperándola. Camina despacio, intentando no despertarla, pero lo hace. Ella lo mira mientras se despereza y le murmura algo. Después le sonríe y lo llama con los brazos. Geronimo se le acerca y la besa suavemente en los labios. Luego en el cuello y la mano. Ella gime muy despacio, casi imposible de escuchar. Geronimo la escucha y se sonríe. Le comienza a sacar la ropa, una por una. Le saca todo menos las medias, a ella le da mucho frío estar sin ellas. Geronimo se endereza y la ve entera. Ve su cara hermosa y después el resto del cuerpo. No se sorprende al no encontrar sus rodillas. Ni sus senos, vagina o panza. Mucho menos sus manos y hombros. No se sorprende al ver, en vez de todo eso, cuadernos en sus lugares. Cuadernos abiertos totalmente vacíos esperándolo a él. Su sonrisa se agranda un poco más y busca su lapicera favorita. La encuentra y se vuelve a acostar. Comienza a escribir sobre ellos, arrancando por las rodillas y después subiendo. Escribe cuentos y novelas. Poemas inmensos y minúsculos. Dibujos sin sentidos y sentidos. Escribe y, al mismo tiempo, ella no puede dejar de gemir, cada vez más fuerte. Escribe sus mejores obras, aun sabiendo que nunca más las recordara. Se las escribe solo para ella, que pueda leerlas cada vez que tenga ganas.
Acaban al mismo tiempo. El de escribir y ella de sentir. Acaban con un suspiro y un gemido prolongado. Acaban y ella lo abraza. Lo habita por un rato y se duerme. El se queda despierto, acariciándole las hojas.

Mi muchacha punk

Tuve una novia que era una muchacha punk una vez hace mucho tiempo. No recuerdo si fue hace tanto o si fue hace menos. Si recuerdo su pelo teñido y sus remeras cortas. Su arito en la nariz y su aliento a marihuana.
La conocí por una amiga de mi amiga. Estaba lleno de punks y yo me sentía un nenito entre todos ellos. Ella me vio y me planto un beso. Después entendí lo que quería cuando vi a los otros tirandose encima. Salimos no se como con ella tomándome la mano. Caminábamos mi amiga, su amiga y ella, que me ofrecía una pitada. Yo me moría por fumar.
Nos volvimos a ver una semana después y no nos dejamos de ver. Ella me llevo a su casa y me instale ahí. Salía únicamente para respirar y dormir con la familia. Salía pero era como si no lo hiciera, seguía escondido. Y, en realidad, ella me escondía. Primero pensé que nos escondíamos ambos, alejándonos de la realidad, pero no. Ella tenía vergüenza de mí. Ella se juntaba con gente que escupía al que tenia al lado y yo escribía cuentos de amor. Nunca me reconoció en la realidad y yo nunca quise tampoco. Fue secreto, fui su secreto. Y no me importo.
Siempre sonaban los ramones ahí adentro. Sonaban fuertes y no dejaban escuchar nada más. Ella los cantaba a los gritos y los bailaba frenéticamente. A veces me agarraba y me llevaba a bailarlos también. Bailábamos sin sentido entre gritos y gritos.
Una vez dormida la escuche cantar algo. Lo cantaba tan bajo que no lo podía reconocer, no era nada que ella hubiera escuchado adelante mío. Y de algún lado lo reconocía.
Me quiso hacer un arito pero no la deje. Me quiso agujerear la oreja y tampoco la deje. Me quiso llevar a hacerme un tatuaje y me negué. Me regalo musculosas arruinadas de Flema y no las use. Pero nunca me pidió que le dejara de leer mis cuentos.
Me rapó. Vi mi pelo caer sobre mis costados, nunca lo había echo. Primero quedaron dos agujeros y un flequillo interminable. Después lo corto también y solo quedo una cresta. Y de ahí no pude dejar de hacérmelas. Me hizo amarlas. Y odiarlas.
No fue mi primera novia pero si fue la que siempre recordare como la primera. Opaco las anteriores, las devoró.
Tomaba siempre el mismo bondi para ir a verla, me conocía todas las calles. Caminaba cinco cuadras más y llegaba. Me abría la puerta de un beso y el gato me recibía en los pies. Tenía mi edad pero vivía sola y nunca nadie iba a visitarla. Comíamos poco, casi nunca había nada. Fumábamos demasiado y el humo no se iba más.
Otra vez la volví a escuchar cantar algo mientras dormía. Esa vez entendí un poco más. Cantaba canciones que no eran de ellas y yo seguía sin darme cuenta.
Llegue a dudar si no era mía. Si era de Fogwill. Lo pensaba cuando iba a verla en el viaje. Me preguntaba una y otra vez si me pertenecía a mí o a él. Una vez lo pensé tanto que cuando la vi se lo pregunte. Ella me miro extrañada sin entender lo que le decía y yo me di cuenta de lo estupido que sonaba.
No fue perfecta. Ni cerca. Vivíamos en un constante estado de pelea eterno. Pero sus interrupciones eran hermosas. Discutíamos por todo, por la música, por la comida, por el amor. Ella intentaba ser el hombre en la relación y yo no se lo negaba. Sin saber que en realidad ella quería que se lo negara y no serlo. Hubo semanas en que era puramente un atraccion física únicamente. Otras nuestra unión era espiritual. Y muchas ninguna de las dos, simplemente satisfechos sin hacer nada. Igual bailar con ella nunca nadie lo podrá igualar.
Yo le prometi que si algun dia todo terminaba yo la encontraria. Le prometi que tendria una banda punk. Y que cantaria desnudo con el pelo teñido de rubio. Le prometi que la veria y la invitaria a tomar un tinto de cajita con amor.
Una noche la acariciaba dormida y canto otra vez esa cancion. Puse mi oido sobre su boca y agudize mis sentidos. Espere y escuche.
Si pudieras olvidar tu mente
frente a mi, sé que tu corazón
diría que sí.

Cuando me di cuenta lo que cantaba no lo podia creer. La desperte embroncado y se lo increpe. Intento negarmelo pero no pudo. Se quedo sin palabras.
Se largo a llorar y sin limpiarse me dijo.
-Me encanta Seru Giran
Yo escuche eso y entendi lo que estaba presenciando. Ella me estaba confensado su mayor pecado, su peor secreto. Ella se estaba mostrando desnuda, mas que nunca. Totalmente vulnerable.
Yo me quede mudo por segundos. La mire, sabiendo que ya no habia vuelta atras, y le dije chau con la mirada. Ambos sabiamos que no teniamos mas futuro despues de esto.

La extrañe y ella me extraño, pero no volvimos a hablar jamas.


La volví a ver diez años después y ella era otra. No era más punk, era ella. No tenía el pelo teñido ni corto, lo tenia largo y lacio. No fumaba nada y caminaba tranquila por la calle. No me reconoció o fingió no hacerlo. Yo me quede mirándola pasar cantando su canción.


A Fogwill, aunque lo hubiese odiado

Estaciones III - Invierno

El frío entra por mis pies. Me despierto luego de invernar tres meses de sufrimiento. Inverne todo un otoño y desperté en invierno. Abro los ojos y veo el viento relampaguear por mi ventana. Me siento nuevo, distinto. Evolucionado. Vago por las casa, nadie noto mi invernamiento. Me siento en mi cama junto a la biblioteca. Agarro el cuaderno para escribir algo pero un papel cae. Diminuto e insignificante. Contiene el titulo de un libro, el más impresionante libo que leeré jamás, o eso era lo que me dijeron. Recuerdo las ansias que tenia de conseguirlo y leerlo. Ansias que había invernado pero no desaparecido. Tengo que conseguirlo y no me puede detener nada.
Salgo disparado para mi librería habitual, esa que siempre tiene todo lo que quiero. Pero este no. Recorro cada librería que hay en la ciudad, ninguna lo tiene. Busco en todas las bibliotecas, pregunto a conocidos, y nada. El libro sí existe, había sido editado por una conocida editorial hacia unos cuantos años atrás. Lo mas curioso es que en todos los lugares ellos creen que lo tienen y se sorprenden, y me desilusionan, cuando se dan cuenta que no. En si el libro existe, pero parece que no o que dejo de existir cuando yo decidí buscarlo. Intento no resignarme pero los hechos me lo impiden. Me resigno y decido fingir que ya no me interesa. Que puedo morir sin leerlo.
Regreso a mis quehaceres pre-hibernación. A escribir compulsivamente sobre amores y desamores, a internarme en el gimnasio sin saber porque lo hago. A vagar solo por las calles en busca de encuentros incontrables. A fingir que no la extraño.
Vuelvo solo a mi casa, recién salido de cualquier lugar. Visto mi bufando y mi campera mas abrigada. El frío hela los huesos. Camino y, como siempre, nunca tomo el mismo recorrido. Doblo en calles diferentes, tomando atajos inexistentes. Tomo uno, que nunca tome, pero que me llama a hacerlo. Camino como vendado, perdido en lo desconocido. No entiendo en que calle estoy y porque nunca la tome.
Me tropiezo y voy de cara al piso. Cuando abro los ojos la veo a ella en lo alto de los escalones y no puedo dejar de mirarlo. Entre sus brazos sostiene el libro. Ese que me muero por encontrar y que parece inexistente. Existe y ella lo tiene. Me le acerco y, contrariando mi timidez a lo extraño, le hablo.
-Hola
-Hola- contesta con una sonrisa mezcla de sorpresa, incomodidad y belleza, que no se define para que lado apuntar-
-Se que suena raro, pero estoy buscando tu libro
-Es estupendo
-Espero que si
Sonríe una vez más, luego mira el libro y me mira a mí.
-Toma, te lo presto- dice alcanzándomelo suavemente
Lo agarro de sus manos casi sin creer en lo que pasa y lo comienzo a examinar. Una tapa negra y oscura con su titulo gigantesco y sus ojos que no me dejan de mirar. “Lo real imaginario” se llama, las paginas amarillentas, suaves y su sonrisa que aflora. Me siento y lo hojeo, leo las letras que forman palabras y sus pecas recostadas.
Ella me interrumpe y me cuenta que lloró al leerlo. Yo la miro sin saber que contestar a eso.
Sigo examinándolo, encontrando hojas dobladas, palabras subrayadas y mis ojos que se tuercen. La miran a ella. Ella me sonríe y comienza a caminar. Yo la sigo llevando el libro en mis manos. Ella se sorprende un poco al descubrir que estoy a su lado y me sonríe otra vez. Le pregunto como se llama, por que es así y si es un ángel. Ella se ríe y me contesta que no es un ángel y que no me piensa responder nada más. Seguimos caminando sin hablar, solamente sintiendo el viento en la cara. Llegamos al parque y ella me frena. Me avisa que se tiene que ir. Yo le pido que no, que espere. Le pregunto como la voy a poder encontrar devuelta que quiero verla. Ella me sonríe y me niega con la cabeza. Después me cierra los ojos y me apoya los labios. Cuando los abro no esta más. Guardo el libro en mi mochila y prendo un cigarro. Camino devuelta a mi casa con una sonrisa con ganas de llegar y leer. Tardo en darme cuenta que la olvidé.

lunes, 22 de agosto de 2011

Mini (e hipercondensada) Comedia Romantica

El cree que la chica le sonríe, pero no esta seguro. La chica si le sonríe, pero le cuesta un poco hacerlo por la chica que el tiene a su lado. Que supone, acertadamente, que es su novia. Esta se da cuenta al instante de la sonrisa, y sus pelos se ponen en punta, preparada para contrarrestar. En el bar reinaba el silencio, ella los atendía y ellos pasaban el rato. Un cortado con medialunas pidió el antes de la sonrisa. Ella lo mismo pero no, al cortado lo quería mas suave y a las medialunas las pensaba dejar. Después vino la sonrisa y el piensa en como responderla. Tiene que ser sutil y directo, no quiere que su novia sospeche pero tampoco quiere que la otra no le vea. Aunque en el fondo desde segundos atrás (en realidad inconscientemente desde hace mucho tiempo) le surgió el deseo de ser obvio y mandar todo al carajo. Todo por una sonrisa.
Su novia lo mira fijamente, atenta al extremo, observando hasta el último detalle que sus facciones puedan dar. Eso con un ojo. Con el otro mira a la chica, buscando otra sonrisa o queriendo ver si intenta hacerse la disimulada. Es lo último lo que ella hace. Le pasa el trapo a una mesa por demás de limpia, sin dejar de preguntarse por qué le sonrío. Regresa a ese momento y luego un poco mas. Cuando lo vio entrar y que le pengo de lleno en la cara, no físicamente. Ella no creía en el amor a primera vista, hasta se reía de el. No creía que un flechazo la podía dejar sin aire. No creía hasta que le paso, después no podía creer como no le había pasado nunca antes. Odio a su jefe cuando la mando a atenderlos. Pero no lo odio enserio, en realidad le caía bien. Y cuando ellos le pidieron lo que querían ella no pudo anotarlo, se puso estupida. Después, igual de estupida, hizo la sonrisa.
La novia esta inquieta, no entiende como ninguno hace nada. El no responde y ella no insiste. Quiere que algo pase, porque ella quiere actuar. En realidad el hace rato que ya no le interesa pero igual es propiedad suya, y no piensa soltarlo por una que se cruzara por ahí sin antes, al menos, dar pelea. A el tampoco le interesa y, en ese momento, es casi extremo el poco interés que siente por ella. Toda su atención esta dirigida a la sonrisa y a la mesera que se la hizo. Y en su cabeza se reproduce una y otra vez esa acción.
Luego se imagina sonreírle y levantarse a su encuentro. Se imagina a su novia gritándole y tirandole cosas. Se imagina abrazarla, besarla y hacerle el amor ahí mismo. Después deja de imaginar, su novia le agarro las manos.
La mesera ve el apretón de manos, como lo responde el con un beso y asume que es una indirecta hacia ella, que le deje de joder. Se siente muy mal. Tan mal como si hubieran estado en una relación de por años y lo hubiera descubierto, no engañando, sino amando a otra persona. Se siente incapaz de seguir atendiéndolos así que se los da a otro mesero. La novia, al ver el nuevo mesero, se siente victoriosa. Ella gana y el vuelve a ser solamente suyo. El se siente confundido, por el beso que dio y por el mesero. No dice una sola palabra y se dispone a comer. Su novia no deja de hablar, de fiestas y lugares para ir. De gente que conoció y el tiene que conocer. Al fin terminan y el paga.
Se levanta e impulsivamente la busca con la mirada. La encuentra de espaladas y le clava la vista en la espada. Desea con todas su ganas que se de vuelta, pero ella no lo hace. Cuando mira a su novia, esta delirando de la furia. Le fulmina con la mirada y lo lleva de la mano hacia fuera.
La mesera se da vuelta, pero tarde. Los ve alejarse hacia de la puerta de las manos y le duele aun mas. Se acerca un poco más, hasta estar justo detrás suyo, pero con unos metros de diferencia, y los sigue con la mirada. Si el se da vuelta, significa que todavía tiene chances. De que son las chances no lo sabe, pero siempre que se dan vuelta significa que las hay. Espera y espera pero no pasa nada. Es demasiado para ella, la destroza. Se voltea e intenta limpiar una mesa pero no puede. Las lágrimas exigen por salir. Se tapa los ojos intentando evitarlas aunque no lo consigue. Se filtran por sus manos y comienzan a caer sobre la mesa. Su jefe le grita que la necesita y ella no le responde. Trapea sucesivamente sobre una mesa que se inunda y suena el ruido de la puerta.
Ella se da vuelta y lo ve. El parado esperándola con su novia llegando detrás a los gritos. De fondo suena Sigur Ros, o ella cree. Abren sus bocas a la par intentando decir algo pero no dicen nada. Se miran diciéndolo todo a través de sus ojos y se trenzan en un beso. Primero es suave y relajado como buscando si en verdad esta sucediendo. Después se vuelve frenético y violento como si liberaran una energía que venían acumulando desde hace décadas. Sus manos se mueven por todos lados como bailando e intentando quitar la ropa. El jefe los interrumpe y le grita sin parar. A ella ya no le interesa, se saca su camisa y se la tira en la cara. Lo mira devuelta y le sonrie igual que la primera vez. El ahora se la responde y le da un beso. La, ahora ex, novia se descoloco totalmente. Grita sin para y les arroja cosas. Ellos no le hacen caso y de la mano se van. Salen al sol.



Sobretodas A 500 DAYS of Summer y algun otra mas.

domingo, 31 de julio de 2011

Paula

Subo al bondi sin querer ver a nadie. LLeno de gente, viciado de olores inaguantables, me escabullo entre ellos y encuentro un asiento sin ocupar. Abro la ventana y prendo un cigarrillo, necesito algo de aire para respirar. Agarro mi cabeza y puteo para mis adentros, me acaba de dejar mi novia. No es que me importe demasiado es una de esas que estan poco tiempo en tu vida y la mayoria lo pasan cogiendo. Pero esta cogia como pocas, una de las mejores con las que estube. Y estos dias me hacen falta unas buenas cogidas. El sol me pega en la cara, busco los lentes en el bolso. Los encuentro luego de un rato de revolver. Me los voy a poner pero algo me detiene. Mis ojos se cruzan con los de una rubia parada a seis metros delante mio. Le sonrío y ella instantaneamente me lo devuelve. Mi mente no tarda mas que un par de segundos en imaginarmela sin ropas, siendo mía sobre una cama. Mierda, que caliente que estoy. La duda me carcome, ¿me levanto e intento algo con ella? Pero eso significaria perder el asiento y el cigarro ¿ Y si es todo producto de mi calentura? Es medio jodido encontrar una de las mías en un bondi justo el dia que estoy caliente. Entre pitada y pensamiento me estupidizo y pierdo la cuenta de las calles que pasan. Cuando caigo estoy corriendo entre la gente por las veredas, siete cuadras me pase. La rubia siguio su viaje, imborrable se me hace su sonrisa.
Llego tarde al laburo, el jefe me grita por media hora y yo solo le escucho dos minutos. Mi compañero se me caga de la risa de la cara y yo tengo que ponerle cara de sumision al pesado del jefe. Paso una hora ordenando papeles, es viernes asi que no tengo mucho mas que hacer, y me voy afuera con los chicos a fumar un cigarro. Arman para salir esta noche, yo intento negarme pero ya gaste todas mis excusas. Termino aceptando, el lugar es un boliche de esos que le gustan a ellos. Y yo con las ganas que tenia de coger, ahi no voy a conseguir ninguna chica que me de bola. Vuelvo al escritorio, el reloj marca las 10 de la mañana y yo ya no aguanto mas del sueño. Me escapo al baño, me tiro al piso y duermo una pequeña siesta. Vuelvo al escritorio a los dos horas, todos estan almorzando y yo no tengo un peso. Finjo estar a dieta y me tomo una sopita knor. Charlo con la secretaria, ella tambien se toma una sopa y me asegura con demasiada vehmencia que esta haciendo dieta. Hablamos de estupideces sin nigun sentido y ella no deja de mirarme. En un momento nuestras manos se chocan y ella se rie. Mi cabeza suma los hechos a una velocidad asombrosa, ¿esta jugando conmigo? Es medio complicado, nunca lo hizo y nunca aparento interesarse en mi. Nunca fue esa clase de persona. Mi calentura debe estar jugandome otra mala pasada. Ya van dos en un mismo dia, necsito coger con urgencia.
Vuelvo a casa en bondi, intento contactarme con mi ex. Lo unico que consigo es un mensaje de voz que nunca va a oir. Llego a casa, me cambio y salgo para el boliche. Voy caminando, queda a pocas cuadras. Paso por alado de Anodis, el bar que paso todos los findes y en el que seguramente terminare esta noche. Llego al boliche, los chicos me esperan en la puerta. Prendo un cigarro y entramos. El lugar es como todos los demas, con todas las chichas y chicos bailando en su interior con descontrol. Tomamos un par de tragos y vamos a la pista. Encaro un par de chicas pero todas me esquivan. Sin embargo varios pibes se me acercan con insistencia, mierda, odio estos lugares a los que me traen. Son su ambiente, con su gente, no tengo chances de nada aca. Salvo de tomar sin parar, cosa que ni dudo en hacer. Me emborracho y pierdo el conocimiento al poco tiempo.
Me despierto y siento algo que me intentan meter en la boca. Abro los ojos y encuentro una pija delante mio. Me desespero y la quito de un manotazo. Intento levantarme pero el sentir la pija tan cerca me hace vomitar. Puteo al hijo de su madre que tengo delante e intento agarrarme a las piñas pero el cuerpo no me responde. El chabon se caga de la risa y se va corriendo. Mierda odio estos boliches.
Espero media hora y salgo del lugar. Camino por las calles pensando en todo lo que me paso y la rubia vuelve a mi mente. Esa suave sonrisa que me ilumino la mañana. Prendo un cigarro y camino cuasi sin rumbo pero se a donde voy a llegar, Anodis. Saludo al guardia y entro. Este es mi lugar, este es mi ambiente. Me siento en la barra y no pido nada, no estoy en condiciones de tomar algo. Fumo sin parar hasta que la veo a ella. Sentada sola en la otra punta. Me le acerco y lo unico que puedo pensar es esta noche voy a cojer. Pongo mi cara de seduccion y hablamos.
-Hola, hoy nos cruzamos en el bondi temprano.
-Me acuerdo de vos, estabas como en las nubes hoy.
-Me pusiste vos asi-digo y nos sonreimos complices.Me da la mano y dice.
-Me llamo Pia ¿Vos?
-Yo me llamo Paula.

sábado, 30 de julio de 2011

Tarde de perros

El perro caminaba predispuesto, revoloteando su cola de un lado hacia otro. Su dueño lo miraba al hacerlo y lo acariciaba de a ratos. Llegaron al parque minutos después y el sol estaba sofocante. Su dueño no lo soltó hasta que no encontró a otra dueña, de otro perro, para conocer. Cuando se sintió libre corrió hacia todos lados, dejando que la suave brisa que producía su correr fluyera por sus pelos. Cerraba los ojos al hacerlo e iba sin saber por donde pisaba, ni que se chocaba. Se imaginaba que era un lobo corriendo por las frías nevadas. Sentía sus patas congeladas y el dolor que le causaba el caminar. A veces se imaginaba que era cazado por un humano y otras que era el quien cazaba. Ambas lo hacían correr aun más rápido. Cada tanto abría los ojos, casi sin ganas y el calor entraba alejando su fría imaginación. Después de un rato se aburría y se disponía a hacer otras cosas. Molestaba a otros perros que jugaban tranquilamente, muchas veces consiguiendo una pelea. Le encantaba conseguirlas, mordisquear y raspar a los otros. Pero sobre todo le encantaba cuando tenía la pelea casi ganada y que con un simple gruñido los liquidaba, haciéndolos huir despavoridos. Esa tarde consiguió una y, como siempre, la gano.
Como no estaba cansado decidió que quería seguir dando vueltas. Cruzo la calle hacia la fuente y, como tenía calor, se metió en ella. Estuvo un rato hasta que lo sacaron un par de chicos. Se sacudió, mojando a todos lo que estaban cerca suyo y continúo con su paseo. Se metió en el Anfiteatro y toreo a un par de gatos que dormían en unos escalones. El anfiteatro era gigantesco pero todo de cemento, odiaba el cemento. Pasaba por ahí únicamente para poder tomar un caminito del costado que lo llevaba a un mini bosque totalmente oculto. Entro en el paseándose entre los árboles casi sin cruzarse a nadie. Acelero un poco su marcha para poder esquivar unas piedras que le habían tirado unos chicos y de repente se freno. Se quedo duro y, girando su cabeza hacia un costado, miro lo que había encontrado. Delante de él estaba una joven pareja cogiendo entre los arbustos. Ya había visto a su dueño un par de veces hacerlo, pero estos se veían terriblemente patéticos. Se les notaba en la cara que el chico era el que mas ganas tenia de hacerlo y que ella no estaba tan segura. Se aguanto la risa y siguió su camino. Subió por una colina y salio devuelta al parque.
Se sentía cansado, había estado caminando por horas. Con sus últimas fuerzas dio una corrida hasta su dueño. Cuando llego el estaba solo, no le había ido tan bien con la otra dueña pensó. El estaba sentado en un banco bajo los árboles escribiendo en su cuaderno; cuando lo vio llegar dejo todo y lo llamo con ganas. El perro se le acerco revoloteando la cola y lamió sus manos, luego salto al banco y recostó su cabeza sobre sus piernas. Se sentía cansado, con sueño y hambre. Se moría de ganas de comer algo rico esa noche. Ravioles, su comida preferida. Aunque sabia que hacia demasiado calor para que él se pusiera a cocinar. Pensaba todo esto y se quedaba dormido. La mano de su dueño no ayudaba a mantenerlo despierto, lo adormecía más con cada caricia. Pero antes de dormirse tenía que saber que comería, y se lo preguntó.

-¿Qué vamos a comer esta noche?

- Creo que voy a pedir unas pizzas, ¿te parece bien?

-Si, me encantan.

Luego dio un último gran suspiro, cerró sus ojos y quedo completamente dormido. Soñó que comía tres grandes platos de ravioles y que no hacia tanto calor.